Detienen a ‘El 32’, líder estatal de ‘La Línea’ en Chihuahua

Ciudad Juárez, Chih. Roberto, alias El 32 o El Mudo, identificado como líder estatal del grupo delincuencial La Línea -brazo operativo del cártel de Juárez– y dos de sus guardaespaldas fueron detenidos por militares y elementos de la Guardia Nacional en el municipio de Casas Grandes por su presunta responsabilidad en la masacre de nueve integrantes de las familia LeBarón el 4 de noviembre de 2019.

“Hoy nos informó Seido que detuvieron a otros implicados en la masacre de mi hija, nietos y familia”, informó ayer por la noche Adrián LeBarón, por medio de su cuenta de Twitter

Detalló que los detenidos están identificados como Roberto “N”, alias El 32 o El Mudo; Eulalio N, alias El Cóndor, y Julio “N”.

Fue a principios de noviembre del año pasado que nueve integrantes de la familia LeBarón fueron ultimados a tiros y calcinados cuando viajaban entre los municipios de Galeana, Chihuahua, y Bavispe, Sonora.

En un relato que hizo en su momento Julián LeBaron afirmó “que el primer vehículo fue encontrado lleno de agujeros de bala y completamente en llamas. Nita y cuatro de sus siete hijos que habían tomado el viaje fueron quemados en su mayoría, quedaron hechos cenizas y solo quedaron unos pocos huesos carbonizados para identificar que los cinco habían estado dentro. Al parecer, uno intentó escapar ya que la puerta del pasajero delantero estaba abierta y los restos estaban parcialmente dentro y fuera del vehículo”.

“En otra parte del camino, a unas 10 millas (18 kilómetros) adelante, estaban Christina, con su bebé Faith en su vehículo, y Dawna, con nueve hijos en el suyo. Y a ambos les dispararon desde adelante y Christina saltó agitando los brazos para que los atacantes supieran que había mujeres y niños en los vehículos. Ella dio su vida para tratar de salvar el resto. Dawna y dos de sus hijos también fueron asesinados en el tiroteo”.

En junio de este año, en el mismo municipio, fueron detenidos también dos presuntos involucrados en este multihomicidio.

FUENTE: La Jornada