El “Loco Muerto”, el espectro estrangulador del Cereso de Chihuahua

Odio, rencor, tristeza y violencia… pocos lugares albergan tanta maldad como las prisiones

Odio, rencor, tristeza y violencia… pocos lugares albergan tanta maldad como las prisiones, y el Cereso de Aquines Serdán, en Chihuahua, no es la excepción. En sus celdas y pasillos han muerto decenas de personas bajo las circunstancias más atroces y en ocasiones misteriosas. Crímenes sin resolver son el pan de cada día dentro de esta decadente cárcel donde el diablo habita.

Es aquí donde empleados del Centro de Rehabilitación afirman que existe una presencia inmunda cuya sola mención eriza los vellos del cuerpo hasta del hombre más rudo, ya sea prisionero o custodio.

Narra un retirado oficial que, mientras laboraba en ese infame lugar, al escribir el reporte de turno, oyó una estrangulada y ronca voz que le pedía permiso para acudir a la “Conasupo”, de manera automática, acostumbrado a escuchar las extrañas peticiones de los presos, este negó el permiso, pero apenas unos instantes después, quedó como petrificado al caer en cuenta de lo absurdo de la situación; eran ya pasadas de las once de la noche, y sin embargo, aún y con todos los presos durmiendo en sus celdas, frente a él, un rostro pálido, de dientes amarillos, cabello largo y mirada penetrante, entraba por el reducido espacio de los gruesos barrotes, donde ni la cabeza de un recién nacido podría penetrar.

Una segunda serie de barras de acero aislaba el pasillo del Módulo 3-3, donde se encontraba precisamente el oficial, por lo que además era imposible que alguien pudiera ingresar al lugar sin antes haber sido visto… apenas cayó en cuenta de lo que pasaba, el custodio vio claramente como aquel horrible rostro desaparecía como si nunca hubiera existido.

Aunque decenas han sufrido ataques físicos y espirituales por parte de este espectro, a la fecha, el oficial en cuestión es el único que ha sido capaz de ver el rostro de aquel a quien llaman el “muerto loco”, famoso ya entre los internos del Módulo 3-3.

La presencia de este fantasma ha ocasionado ya alarma entre los empleados, quienes al ver a un sujeto merodeando los pasillos a altas horas de la noche, quedan pasmados al darse cuenta de que aquello que persiguen es solo una sombra incorpórea que se desvanece entre los corredores.

Foto: Archivo | El Heraldo de Chihuahua

Uno de los casos que más han impactado, tuvo lugar hace tiempo ya, cuando pasada la medianoche, tras apagar el televisor que los reclusos usan, un custodio fue invadido por un súbito e inexplicable horror que le hizo sentir como la temperatura del cuarto comenzaba a descender dramáticamente. El terror se apoderó de él cuando sintió como era sujetado con fuerza inhumana por el cuello “¿quién es?”, gritaba el espantado y corpulento hombre mientras manoteaba sin poder librarse de aquel invisible ente que intentaba asesinarlo.

Por varios días, al azar, fue agredido físicamente de la misma manera, mientras desde sus celdas los reos le gritaban que guardara silencio y dejara dormir. Aunque en un principio se ganó la desconfianza de sus compañeros, esto quedó atrás cuando una de aquellas noches el “muerto loco” atacó directamente a uno de los internos. Un gran alboroto se hizo aquella noche en el Módulo 3-3, cuando a gritos, desde una de las celdas, un preso pedía auxilio a sus compañeros y personal “¡eh, es el muerto que nos anda ahorcando, ráyale la madre para que se vaya!”, clamaba desesperado la víctima del espectro.

El asunto ya no se pudo ocultar, y los guardias incluyeron los incidentes en el reporte, ante ello, el jefe de custodios se interesó en el problema y decidió llevar al lugar a un sacerdote. El hombre religioso recorrió el módulo rociando agua bendita y repartió bendiciones por todo el lugar y corredores vecinos, no fueran a contagiarse con la presencia del maligno, sin embargo, el “Loco Muerto” continúa haciendo sus apariciones en el descanso de las escaleras y los custodios siguen siendo ahorcados y asfixiados.

Cuentan que en el Cereso, a la fecha, es común escuchar a los presos gritar a sus carceleros: “¡es el loco que nos anda ahorcando, ráyale la madre para que se vaya!”

FUENTE: El Heraldo de Chihuahua