23/11/2024

El semáforo naranja de Chihuahua limita el abasto de autopartes a Estados Unidos

El semáforo estatal establece que las actividades esenciales, como la fabricación de autopartes, solo puede trabajar al 50% de capacidad. Eso dificulta cumplir los compromisos con las plantas de EU.

Las estrictas medidas de desconfinamiento que mantiene el estado de Chihuahua están dificultando cumplir con los pedidos de autopartes de Estados Unidos. Las plantas de arneses, de confección de fundas para asientos y de componentes electrónicos, además de la planta de motores de Ford, que fabrica hasta nueve tipos diferentes de motores, que envía a otras de sus plantas en Estados Unidos, ahora solo pueden operar a la mitad de su capacidad debido a la pandemia del coronavirus.

Oscar Albín, presidente de la Industria Nacional de Autopartes, explicó en videoconferencia que, debido a la demanda en las fábricas de autos en Norteamérica, prácticamente todas las plantas de autopartes en México ya operan al 100% de la capacidad: las fábricas que estaban a dos turnos antes de la crisis sanitaria ya restablecieron operaciones, igual que las que laboraban a tres turnos.

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Chihuahua es el único lugar en donde estamos restringidos para poder trabajar conforme a la demanda que ya tenemos, ya que debido al semáforo naranja que mantiene la entidad, las actividades esenciales, como la fabricación de autopartes, solo tienen permitido trabajar al 50% de su capacidad”, dijo Albín. “Es un problema porque algunas fábricas en Estados Unidos están limitadas a lo que les estamos pudiendo mandar desde Chihuahua”, añadió.

A principios de julio, Ford advirtió sobre el riesgo de cerrar fábricas en Estados Unidos debido a la falta de motores y otros suministros provenientes de la planta de Chihuahua.

«Debido a COVID-19, el estado de Chihuahua en México ha limitado la asistencia de los empleados al 50%, una región en la que tenemos varios proveedores», explicó entonces Kumar Galhotra, presidente de Ford para las Américas y Mercados Internacionales. «Continuamos trabajando con funcionarios del gobierno en formas de reanudar de manera segura y constructiva la producción restante».

Albín definió a Chihuahua como «el último bastión» que aún queda por regularizar operaciones. «Anterior, Puebla estuvo restringiendo la apertura de las plantas automotrices, pero hoy en día afortunadamente ya está completamente liberalizado».

Albín advirtió un “punto de riesgo” para la cadena de suministro regional en Jalisco, donde Honda opera una planta de motocicletas y autopartes, luego de que el gobierno estatal ha planteado la posibilidad de regresar al semáforo rojo ante un incremento en los casos de coronavirus en la entidad. “Tendríamos que ver que el gobierno no nos aplique una reducción en nuestra capacidades productivas”, dijo.

Problemas de liquidez

Los semáforo estatales no son el único problema que ahora enfrentan los fabricantes de autopartes para cumplir con las entregas en Norteamérica. La falta de liquidez se ha convertido en otro obstáculo.

Normalmente las empresas armadoras pagan sus facturas a 45 o 60 días, mientras que los proveedores de primer nivel, o Tier 1, pagan a 60 días. “Lo que están facturando los fabricantes de autopartes hoy se los van a pagar dentro de dos meses y eso está dificultando la recompra de materia prima”, explicó Albín, quien prevé que tomará alrededor de seis meses recuperar el flujo de efectivo.

Para las empresas multinacionales quizá sea un poco más rápido que para las mexicanas. “Gracias a que el retorno a las operaciones ocurrió primero en Asia y Europa, las casas matrices ya están generando efectivo y pueden reforzar a sus divisiones en Norteamérica”, dijo Albín, quien ve en el factoraje una alternativa para los proveedores nacionales.

La Industria Nacional de Autopartes prevé cerrar el año con un valor de producción de 75,308 millones de dólares, 23% menos desde los 97,834 facturados en 2019.

FUENTE: Expansión Mx