El número de casos confirmados creció exponencialmente a partir de la primera semana de octubre y, al final de ese mes, se registraron 4,551 casos, que fue el pico más alto desde que inició la enfermedad. De ahí, bajó hasta llegar a 1,620, en la última semana de noviembre; el gobierno federal colocó a la entidad en semáforo rojo, pero el estatal lo movió a naranja
Durante los últimos dos meses, Chihuahua experimentó un incremento súbito en el número de contagios de Covid-19, el cual, aparentemente fue controlado, sin embargo, la ocupación hospitalaria se mantiene en niveles preocupantes.
El 28 de octubre pasado, el gobernador Javier Corral Jurado, informó que, a partir de esa fecha, la entidad se ubicaría en el color amarillo del semáforo epidemiológico estatal. Así se mantuvo hasta el 11 de octubre.
Los chihuahuenses bajaron la guardia, redujeron las medidas de prevención y padecieron las consecuencias de inmediato.
De acuerdo con el Director Médico en la zona Norte de los servicios de salud del gobierno estatal, Arturo Valenzuela Zorrilla, a partir de la primera semana de octubre se registró un incremento importante en el número de casos confirmados del llamado nuevo coronavirus.
Ese indicador creció exponencialmente hasta la cuarta semana de octubre, cuando se registraron 4,551 casos, que fue el pico más alto desde que inició la pandemia. De ahí, bajó hasta llegar a 1,620 en la última semana de noviembre; sin embargo, no se ha vuelto a los niveles que se habían registrado hasta agosto, es decir menos de 1,100 casos a la semana.
El número de defunciones confirmadas por Covid-19 pasó de 73 en la primera semana de octubre a 365 en la segunda de noviembre. Para la última de noviembre, bajó a 259.
Chihuahua cerró noviembre con 1,007 casos por cada 100,000 habitantes
Al cierre de noviembre, el gobierno de Chihuahua informó que la tasa promedio estatal de casos por cada 100,000 habitantes era de 1,007.
Los municipios con mayores problemas eran Ojinaga, donde ese indicador se ubicó en 1,700 y Ciudad Juárez, con 1,600.
En tanto, la tasa estatal de mortalidad se ubicó en 92 por cada 100,000 habitantes, al cierre de noviembre, aunque Coyame del Sotol y Juárez superaban los 130.
De los 10 indicadores que utilizan las autoridades para tomar las decisiones que sirven para contener la pandemia, la más preocupante era, y sigue siendo, la ocupación hospitalaria.
De acuerdo con el secretario de Salud estatal, Eduardo Fernández Herrera a finales de octubre había una ocupación de menos de 30% y en menos de 10 días llegaron a 100 por ciento.
Al 30 de noviembre pasado y, de acuerdo con los datos de 29 hospitales del estado, la ocupación promedio era de 28%; sin embargo, Valenzuela Zorrilla, llamó la atención en que de los 29 hospitales Covid, cuatro hospitales tenían una ocupación de 100%: tres de Ciudad Delicias y uno de la capital chihuahuense.
Ese día 12 hospitales tenían más de 50% de ocupación y 21 más de 30 por ciento.
Valenzuela Zorrilla detalló que el 30 de noviembre, el número de pacientes hospitalizados en la entidad era de 596, de los cuales, 57% estaban en instalaciones del IMSS 25% de la Secretaría de Salud, 7% del ISSSTE, 8% de la Sedena y 3% del IMSS Bienestar.
Ese día había 93 pacientes intubados, de los cuales 46% estaban en instalaciones del IMSS, 47% de la Secretaría de Salud y 7% del ISSSTE.
La situación es preocupante en la zona fronteriza con Estados Unidos, principalmente en Ciudad Juárez, ya que, en la ciudad de El Paso, Texas, 86,172 personas habían resultado positivos a Covid-19 y se han registrado ya 924 muertos.
En Chihuahua, hasta el 1 de diciembre se habían registrado 38,292 casos de Covid-19 confirmados, 4,711 sospechosos y 3,597 defunciones.
Si se enlistaran a los estados del país comenzando con el que tiene menos contagios por cada 100,000 habitantes, Chihuahua se ubica hasta la última semana de noviembre en el lugar 19 con una tasa de 976. La lista la encabeza Chiapas con 141.
Pasado el susto, vuelven a semáforo naranja
Si bien el 20 de noviembre el gobierno federal informó que, del 23 de noviembre al 6 de diciembre, Chihuahua permanecería en semáforo rojo. El 30 de noviembre, el gobernador Corral Jurado informó que el Consejo Estatal de Salud aprobó regresar a color naranja, aunque, subrayó, será más restrictivo que la vez anterior que estuvo ya en esa posición.
“Se reabrirán más actividades, pero con protocolos más estrictos y con la obligatoriedad de certificaciones; es necesario mantener el difícil equilibrio entre salud y economía, aunque proteger la vida es prioridad”, indicó.
No obstante, dejó claro que, cuando “se avanza en el semáforo”, “como en este caso, de rojo a naranja, se incrementa el número de personas en la calle, la movilidad, se dan las concentraciones y, consecuentemente, se dispara el nivel de contagio”.
“Eso es lo que sucedió cuando pasó del naranja al amarillo, pues la gente se sintió en verde y relajó el control sanitario”, insistió.
Corral Jurado recalcó que diciembre debe ser un mes de enorme compromiso.
El funcionario apostó a la responsabilidad de sus paisanos y destacó que semanas atrás, cuando tuvieron que cerrar al dispararse los contagios, los llamados “super cierres” dieron resultados.
Aunque las medidas aplicadas fueron criticadas, dieron buenos resultados y se reflejaron en los indicadores, sin embargo todavía hay un alto porcentaje de ocupación hospitalaria, sobre todo en la capital del estado, dijo el gobernador.
En tanto, las dependencias estatales reforzaron sus protocolos de actuación para contener la pandemia.
En Chihuahua, desde el 15 de noviembre pasado, entró en vigencia la Ley que Regula el Uso Obligatorio de Cubrebocas y demás Medidas para Prevenir la Transmisión de la enfermedad Covid-19.
Eduardo Fernández Herrera, secretario de Salud estatal expuso que, durante los últimos días, los 10 indicadores del semáforo bajaron con la misma intensidad en que subieron semanas atrás, cuando obligaron a ubicar el semáforo en rojo.
La única variable que no se ha podido controlar es la ocupación hospitalaria.
Como sea, desde el 1 de diciembre, con semáforo en naranja, las empresas de la industria manufacturera, aeroespacial y automotriz, a la que los chihuahuenses llaman las nuevas esenciales, siguen operando igual que en rojo, pero con una plantilla de aforo al 60%, aunque podrían subir a 80%, siempre y cuanto cuenten con la certificación respectiva que otorga la Secretaría del Trabajo estatal.
Los servicios terapéuticos y de rehabilitación podrán trabajar al 100%; las bibliotecas estarán abiertas sólo para préstamo externo y las tiendas de autoservicio pueden abrir, con aforo restringido.
La industria no esencial trabaja a 30%, pero puede crecer hasta 80% si se certifican.
Los hoteles deben operar máximo a 30% de capacidad, mientras que los restaurantes podrán tener aforo de 30% en interiores y hasta 50% en terrazas.
Permanecen suspendidos eventos masivos, eventos privados y fiestas en casa. La venta de alcohol sólo se permite lunes, martes y miércoles.
Así está el panorama de la pandemia en Chihuahua, donde, como en todo el mundo, el registro de contagios y decesos, no para.
FUENTE: El Economista
Más historias
Crisis de credibilidad: el Sindicato Alberto Juárez Blancas pierde fuerza en AUMA Chihuahua
Alexander Castillo Se Cuela la Medalla de las Gestiones de CTM
La Inquietante Ausencia de Greco en los Grupos de WhatsApp